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El reto de la música

E D I T O R I A L

El reto de la música

La música es una de las expresiones artísticas que más trasmite sentimientos y emociones en la actualidad. Por ello, es necesario poner énfasis en el cuidado de su contenido. Usar este tipo de arte para trasmitir antivalores es totalmente reproblable. Hoy en día, es importante cuidar en la música, la armonía, el ritmo y la belleza, lo cual, es un reto para los nuevos compositores.

La música sacra y el canto gregoriano, tesoros inestimables dentro de la Liturgia católica, son ejemplos de una cuidadosa ejecución musical, los cuales, se deben de rescatar, valorar y dar a conocer por su belleza y contenido.


Plácido Domingo y la Fundación Hermosa

JERSON SALADOR LÓPEZ MENDOZA

Plácido Domingo nació el 21 de enero de 1941 en Madrid, España, hijo de los cantantes de zarzuela, Plácido Domingo Ferrer y Pepita Embil, la familia en 1949 se trasladó a México para trabajar en el teatro musical.

Domingo ingresó al Conservatorio de la Ciudad de México, donde comenzó como barítono. Su debut fue en 1957 en la Zarzuela Gigantes y Cabezudos. En 1958, participó como bajo en la Ópera Mexicana “Eréndira”, posteriormente, en octubre de 1959, lo hizo como tenor, cantando en el papel de Borsa en Riggoleto en el palacio de Bellas Artes.

En 1969 debuta en Europa en la Scala de Milán con Hernani de Verdi. Plácido, por su actuación a nivel internacional, se convirtió en una de las figuras más importantes de la lírica en el mundo; participó en los grandes escenarios interpretando un repertorio de más de 70 papeles; compartió con José Carreras y Luciano Pavorotti el espectáculo de “The 3 Tenors” con un sólo objetivo: celebrar conciertos multitudinarios y acercar la lírica a las personas.

En el 2002 interpretó el himno del centenario del Real Madrid CF en el estadio Santiago Bernabéu. El recorrido de este gran cantante provocó ciertas disputas políticas con José Carreras, pues provocó gran enemistad entre ellos; ambos eran muy solicitados por todas partes del mundo; estos dos cantantes determinaban en sus contratos que, sólo se presentarían en el espectáculo si su adversario no era invitado.

En 1987 a Carreras se le presentó un enemigo mucho más implacable que su rival, Plácido Domingo, pues lo sorprendió un diagnóstico terrible: leucemia. La lucha contra el cáncer le causó mucho sufrimiento, se sometió a varios tratamientos, incluso, recibió un trasplante de la médula ósea, esto lo obligó a viajar una vez por mes a Estados Unidos; cuando no tuvo más condiciones financieras, obtuvo conocimiento de la fundación “Hermosa”, cuya finalidad era apoyar el tratamiento de los leucémicos; gracias al apoyo de esta fundación Carreras venció la enfermedad y volvió a los escenarios a cantar.

Más adelante, al enterarse Carreras que Domingo era el fundador y presidente de esa fundación, provocó en él un gran arrepentimiento, el cual lo llevó a asistir a una de las presentaciones de Plácido, en Madrid; Carreras interrumpió el evento y humildemente se arrodilló y le pidió disculpas públicamente, el tenor lo ayudó a levantarse y con un fuerte abrazo sellaron el inicio de una gran amistad.



LA BELLEZA DE LA MÚSICA

SERGIO PÉREZ PORTILLA


Decía atinadamente Benedicto XVI que “la música es expresión del espíritu, de un lugar interior de la persona, creado para todo lo que es verdadero, bueno y bello”, y no podemos más que consentir tal afirmación. Hay obras que competen a la dimensión material del ser humano, por el mero hecho de existir en este mundo hay una forma de ser y de manifestarse. Pero hay obras que competen a la dimensión espiritual del ser humano. El arte es sobre todo una expresión del espíritu de todo hombre y de toda mujer.

Al ser expresión, liberación según la etimología de esta palabra, es que encontramos una cualidad inherente al arte: la belleza, la idoneidad. Porque toda liberación es buena, es bella, es idónea. Y una de las formas de expresión artística que más unen a las personas es la música. De aquí que la música sea arte y tenga una belleza implícita, por poner de manifiesto, sensiblemente, el espíritu humano.

Y si vamos más allá, veremos que no solamente es liberación del espíritu que la hace, que la crea, que la expresa, sino que tiene también una cualidad de liberación del otro. La música puede tocar el interior del corazón humano, inalcanzable para la ciencia experimental, pero accesible para el arte que, sintonizando un corazón con el otro, el del creador-ejecutante y el del receptor, ayuda entonces a liberar ambos.

No sabemos, probablemente la música y el ser humano no nacieron a la par. Quizá ella lo hizo después, cuando él, habiéndose ubicado en su historia, sintió una necesidad de ubicarse en su trascendencia. Ahí nació la necesidad de permanecer en la eternidad, de eternizarse en lo permanente. O quizá la música existía antes del ser humano, cuando el viento acariciaba las hojas de los árboles, cuando las olas del mar rompían en las piedras, cuando los pequeñísimos insectos, en sus sinfonías nocturnas, buscaban a sus iguales, o cuando las aves susurraban secretos a las nubes. Todo eso es también un tipo de arte, de música. Sin embargo, la música que nace del corazón humano es diferente, es única. La música de la naturaleza concierne al canto del Creador y de la creación que le sucede. Pero aquella que nace del corazón humano no es solamente concerniente al Creador, sino aquel a quien el creador ama por sí mismo.

El hombre hace arte, pero el arte construye al hombre, lo dignifica, le recuerda que no todo se pervierte, que no todo caduca, que no todo es aquí y ahora. Y la música es arte, arte de amor, de alegría, de tristeza, de paz. La música, indudablemente, es bella.


LA MÚSICA ES UNA

PEDRO LUIS HERNÁNDEZ MARTÍN

El sacerdote Arturo Jiménez Gazca es, con toda seguridad, uno de los grandes compositores mexicanos, en la música sacra; uno de esos músicos que pasa por la historia con mucha discreción, pero dejando huella en muchos repertorios. Su formación musical se consolidó durante su estancia en el Seminario de Papantla, aunque ya desde el hogar comenzó a coquetear con la música.

En entrevista concedida a un servidor, refiriéndose a una posible crisis musical de nuestro tiempo señaló que: “la música es una, la manera de componer o para lo que se compone: religiosa, popular, clásica etc. Tocante a la música popular ha habido una degeneración porque la de ahora son sonsonetes nada más, pues no cubren la condición para que haya música: armonía, melodía y ritmo. Y lo que se compone en la actualidad básicamente es puro ritmo y muy poca melodía”.

Asimismo, refirió que la música en general, tendiendo a la clásica y religiosa, se sostiene en el nivel que siempre ha tenido. Señaló que para redescubrir la música popular en todo su esplendor y belleza: “en la familia se puede ir transmitiendo el buen gusto por la música, de igual forma hay escaza cultura musical en las escuelas y falta una clase de apreciación musical, donde a una persona le pueda gustar una melodía muy popular, muy rítmica y al mismo tiempo pueda disfrutar una sinfonía, una música más elevada”. Insistió en que la música popular no está de ningún modo peleada con la música de concierto.

En cuanto al progreso de la música sacra en nuestro país aseveró que la imposición de anacronismos termina dañando la riqueza musical que la Iglesia Católica posee: “aunque ahora se puede ver un poco de tolerancia, es necesario que se abra la música sacra a los nuevos instrumentos, no a los sonsonetes pues la música sagrada es música sagrada sin más mientras nos acerque a celebrar los ritos”.

Aunque sintéticas pero profundas, fueron las respuestas que el Padre Gazca pudo compartir con nosotros. Tengamos presente que la música es una.


ESTO YO NO LO SABÍA…

“El aplauso que resuena en la historia”

FELIX EDUARDO DOMÍNGUEZ SALAZAR

Este artículo es corto pero largo al mismo tiempo, ¿Por cuánto tiempo haz dado un aplauso? ¿a quién haz dedicado un aplauso? imagínate que una vez en un concierto musical, se dio el aplauso más largo de historia. Pues el tenor español Plácido Domingo el 30 de julio de 1991 al interpretar el Otelo de Verdi en la Ópera Estatal de Viena, se llevó la ovación de aplausos más larga de la historia que duró una hora y veinte minutos, tan entusiasmados quedaron los espectadores que hicieron regresar un total de 101 veces al tenor, el tenor se llevó tan gran admiración del público que quedo sorprendido de tan magnifica ejecución de su acto pero a su vez sin darse cuenta competía por el record que mantenía su colega Luciano Pavarotti con un total de 67 minutos tras su actuación de 1998 en El elixir de amor, Ópera cómica de Gaetano Donizetti en Berlín.

Para Plácido Domingo y Luciano Pavarotti un aplauso de tantos minutos sólo debía significar el afecto y admiración que el público les tenía por tan admirable talento musical. Para todos los tenores debe ser un gran reto superar a Placido, pues hasta la fecha no se ha registrado un aplauso más largo que el suyo.

… PERO AHORA YA LO SÉ.


ANIMA VERBI:

Anima verbi

POR JUAN PABLO ROJAS TEXON


El término “gentil” (en latín, gentilis; de gens, ‘clan’, ‘familia’), equivalente latino del hebreo gôy, designó originalmente a los no judíos, es decir, a todo pueblo que por naturaleza “no era parte del clan”. Será Cristo quien derrumbe ese muro divisorio entre razas, pues las bendiciones del Evangelio son para todos (Ro 10, 12; Ga 3, 8; Ef 2, 14). Así pues, en el cristianismo primitivo el término se restringe y designa a quienes no profesan la fe católica, tal como los romanos que pertenecían a una gens y adoraban a sus propias divinidades. Más tarde alude a quien no ha sido bautizado.


Frase de la semana: El ritmo y la armonía encuentran su camino hacia el interior del alma. Platón



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