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Un problema llamado “Justicia”

POR SERGIO AVENDAÑO

El hombre se ha visto en la necesidad de relacionarse para sobrevivir. La organización social es algo fundamental: hacen falta relaciones justas. Para poder hablar de relaciones justas se tiene que definir qué es lo justo, o qué se entiende por justicia, porque no se trata únicamente de «dar a cada quien lo que merece o corresponde», es más profunda y específica.


Este término ha adquirido diversos significados, partiendo de la época o situación. Por ejemplo, se tiene la justicia conmutativa, en la medida que regula el intercambio, la igualdad, y la distributiva, donde se ve lo correspondiente a la proporcionalidad, la equidad. Pero esto todavía no nos dice mucho. Para Platón el poder entender, explicar y aplicar, o intentar aplicar lo anterior fue un dolor de cabeza. Al querer hablar de justicia, se tiene que tomar en cuenta la virtud individual, el orden de la sociedad, los derechos individuales, en contraste con las afirmaciones del orden, y precisamente de esto va hablar Platón en la República, aún con la dificultad que representa.


Hay muchas definiciones, pero ¿cuál es la correcta?, y junto con esto se sigue, ¿cuál es su fin? Céfalo mencionaba que «la justicia es decir la verdad, evitar la mentira, y devolver lo que tiene prestado», pero hay un problema: no siempre se puede decir la verdad y no siempre se puede devolver lo prestado; Simonideo dice que «justicia es dar a cada quien lo suyo», pero a cada quien no siempre se le dará únicamente lo suyo, si esto se queda de este modo puede haber problemas, así que lo cambia un poco, «al amigo trátalo bien, al enemigo trátalo mal», pero de todas formas sigue habiendo error, pues el amigo no siempre te trata bien y el enemigo no siempre te trata mal, así que vuelve a cambiar: «trata bien al amigo que te trata bien y mal al enemigo que es malo»; y así podemos encontrar distintas definiciones de la justicia.


La Justicia tiene que ver con el camino hacia la aplicación práctica de las virtudes, lo cual nos lleva al orden político, a la equidad. Entonces, se trata de «dar de acuerdo a las acciones en proporción a los méritos de quienes las reciben»: entonces puede decirse que se trata de hacer lo que a cada uno le corresponde y así recibir lo que merece.


Ante la diversidad social que existe hoy, junto con sus problemas, si Platón viviese se volvería a morir. Es difícil poder aplicar una justicia universal, desde que se habla de proporción y situación: existe el peligro de caer en el laxismo o legalismo; se debe ser capaz de encontrar el justo medio. La justicia cae en en manos de todos, desde las autoridades máximas, hasta el mas ínfimo de la sociedad. En este desenvolver de la sociedad se tiene que buscar la paz, soluciones, equilibrio, unión, armonía, etc. Un gran problema, pero al final es gracias a la justicia, aún con sus diversas modalidades o concepciones, que se puede vivir en comunidad. Pero si quisiéramos lograrlo en plenitud, su recta aplicación debe comenzar desde abajo, desde los más pequeños, así comienzan los grandes cambios.

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