top of page

Editorial: Año Nuevo y la novedad de la oportunidad

El año nuevo se celebra en la mayoría de culturas. En la nuestra, perteneciente a la tradición occidental, se debe al cómputo de los años del calendario gregoriano, introducido por el Papa Gregorio en el año a finales del siglo XVI, gracias a un grupo de expertos de la Universidad de Salamanca, que se le sugirieron al Pontífice sustituir el calendario de Julio César o Juliano. Todo esto para adecuar el calendario civil y litúrgico al año trópico, el tiempo que tarda la tierra en recorrer la eclíptica alrededor del sol. Además, son 2017 años en los que se tiene por referencia el nacimiento de Cristo para la calendarización oficial en casi todo el mundo, que desde el siglo VI se comenzó a utilizar en el antes y el después. Cerrar este ciclo es motivo de celebración. Es como el “empezar de nuevo” de cada día pero ahora proyectado a metas de vida para favorecer nuestra persona y nuestra familia. Podemos leer los festejos de año nuevo como la novedad del cambio, de la oportunidad para empezar desde cero o para seguir bien. El problema que se arraiga en nuestra cultura es que muchas veces personificamos la oportunidad, así como los griegos y los romanos que la pintaban calva. El cambio que nos debemos exigir radica en la oportunidad interna de darnos la ocasión para ver lo mejor para nuestra sociedad a la luz de Cristo. ¡La página Concilio les desea un año 2018 pleno de bendiciones!

bottom of page