E D I T O R I A L
El amor verdadero
La palabra amor en nuestros días, se ha convertido en una palabra muy viciada, la cual ha perdido mucho de su sentido original. Reducir el amor a pura mercadotecnia, a sexo, a un sentimiento visceral incontrolado o a un ideal, ocasiona la deshumanización del hombre, debido a que éste pierde de vista la esencia de su actividad humana. El hombre al ser creado por amor y para el amor, le es tan indispensable conocer su verdadero significado, ya que su existencia consiste en amar y ser amado. San Pablo, en la carta a los Corintios, menciona que el amor debe contener ciertas características para ser auténtico, debe de ser paciente, servicial, amable, no se irrita, no busca su propio interés, no lleva cuenta del mal, lo disculpa todo, lo cree todo, lo espera todo, lo soportad todo. Un amor pleno humaniza y se convierte en luz y camino seguro para la humanidad.
La amistad como virtud y complacencia
CALOS ALBINO MENDOZA SEDAS
Aristóteles define al hombre como un «zoon politikón» un animal, por así decirlo, social. Y es que realmente en nuestra naturaleza se encuentra esta realidad, ningún ser humano puede huir de ello, esto lo vemos reflejado en nuestra constante búsqueda por una amistad verdadera y placentera.
Muchos personajes han abordado el tema de la amistad, así como numerosas obras también lo han hecho. Y no es para menos pues más que una relación interpersonal es una virtud, una virtud que se puede compartir, ya que la amistad no es algo de quien sólo obtiene provecho una persona sino todos los involucrados en ella. Es virtud puesto que se obtienen numerosos frutos de una amistad como la unión, la solidaridad, la felicidad, etc., en contraposición con la enemistad que genera discordia, apatía, rencor, etc. La amistad encuentra su esencia en el amor fraterno, si no hay amor no hay amistad, un amor que nos lleva a entregarnos por completo hacia la otra persona, lo que se hace visible en la confianza que se genera dentro de la relación.
De igual manera la amistad es una complacencia, es decir, un placer compartido; esto lo podemos corroborar cuando experimentamos placer al estar con nuestros amigos, al compartir alegrías y penas, gustos y disgustos, logros y retos, y es un placer de tal magnitud que nos hace querer estar siempre con nuestros amigos. Además, constantemente intentamos complacer a nuestras amistades, buscando al mismo tiempo complacernos a nosotros mismos, y es el amor el que nos hace encontrar placer en el placer del otro. Con lo anterior podemos decir que la amistad no es egoísta más bien compartida.
La amistad es una virtud y una complacencia por lo tanto hagamos caso al sabio refrán «quien encuentra a un amigo encuentra un tesoro», un tesoro que se debe resguardar de toda amenaza exterior y, sobretodo, que se debe valorar y nunca dejar marchitar.
¿Amor platónico?
GONZALO EMMANUEL MUÑOZ REYES
Muchas veces se ha oído hablar del amor platónico, la verdad es un término que no es ajeno a nuestros oídos. Pero es necesario entenderlo del todo para transmitirlo de la mejor manera. De entrada, diremos que, efectivamente, se le conoce así gracias a unos extractos del pensamiento de Platón; pero no quiere decir que el mismo Platón lo haya propuesto explícitamente en sus escritos. Se le conoce así ya que Platón proponía un amor ideal, que él mismo desarrolla en su filosofía, además sugiere que sea un amor que perfeccione a ambas partes: al amante y al amado. La interpretación de esto y de otras cosas, ha ocasionado que se le atribuya el nombre de amor platónico. Ahora bien, veamos a la luz de un diálogo escrito por el mismo Platón que se titula Fedro o del amor, lo ya antes dicho para comprender la adherencia del pensamiento platónico con el término dado, analizando las partes que se relacionan en ambos casos. Antes de partir tengamos en cuenta de que éste es uno de los muchos diálogos que escribió Platón, así que no nos extrañe que en algún otro encontremos, de la misma manera, relación con el tema a tratar.
No es necesario que detallemos todos los puntos del Fedro ya que nos alargaríamos demasiado; veamos solamente aquellos que sean relevantes. Pues nos habla de que el amor es un sentimiento que puede ser racional, al cual se le atribuye a la sabiduría; y el amor como sentimiento desmedido al cual se le denomina intemperancia. Al inicio pareciese que el segundo es un tanto desfavorable, pero prontamente se reconocerá que aquella desmedida de amor no es otra cosa que un don dado por los mismos dioses, es así porque un simple mortal no puede actuar de tal manera, a no ser que se vea iluminado por una luz superior al mismo hombre. Ciertamente luce poco complaciente; pero es así de impactante ya que su objetivo es aún mayor. Tomando en cuenta que proviene de un dios, diremos que su fin es perfeccionar al hombre, por ello se convierte en algo positivo. Esto último conecta muy bien con el otro punto que es el hecho de trascendencia. Ésta le compete a la parte formal del hombre: el alma. Se dice que en el principio el alma se encontraba en un lugar superior al nuestro, un lugar en donde las perfecciones eran palpables (teoría del mundo ideal), pero a consecuencia de cierto acto, provocó que ella misma fuera desterrada a otro mundo, en éste no encontramos otra cosa más que las sombras del mundo que conocíamos primeramente. Por todo esto el alma reclama volver de donde se le fue desterrada, y lo hará gracias a un acto que, en unión con otra persona que pretenda lo mismo, la ayudará a alcanzar aquello que se propone, dicho acto es el amor.
Si notamos son pocos los puntos abordados, mas no dejan de ser profundos y de esclarecer aquello de lo que se habla. Es por todo ello que se le ha denominado amor platónico, un amor que va más allá de nuestro entendimiento, un amor que necesita de un complemento clave para avanzar juntos, un amor que es dado por los dioses para que volvamos a ellos, en pocas palabras: el amor platónico es algo que muy en el fondo todos buscamos; pero que quizá no todos tenemos las fuerzas de llevarlo a plenitud.
ANIMA VERBI:
Anima verbi
JUAN PABLO ROJAS TEXON
Una de las versiones más influyentes de la Biblia es la “Vulgata” (femenino del latín vulgatus, ‘divulgado’, de vulgare, ‘popular’, y éste, a su vez, de vulgus, ‘pueblo’), llamada así por estar destinada a ser la “edición divulgada” (vulgata editio) de la Iglesia católica. Se trata de una traducción al latín vulgar del Antiguo y Nuevo Testamentos, escritos originalmente en hebreo y griego, hecha por san Jerónimo en el siglo IV con el fin de lograr una adaptación más precisa y entendible que las anteriores. Durante siglos esta versión se fue abriendo paso entre errores de copiado y debates teológicos. Por eso, hoy es el texto oficial para el estudio privado, la oración y la liturgia.
ESTO YO NO LO SABÍA…
Supersticiones acerca del amor
JUAN DANIEL JIMÉNEZ VALERIO
En México existen varias supersticiones acerca de cómo atraer el amor. Una de ellas, típica entre la gente religiosa, es la de colocar de cabeza una figura de San Antonio de Padua, amenazándolo de dejarlo así hasta no encontrar el amor. También se cuenta que, si una muchacha esconde una pluma de gallo en un guante y estrecha la mano del joven deseado podrá conquistarlo. Algunas personas que van a contraer matrimonio deciden ponerse el día de su boda algo prestado, algo nuevo, algo viejo, y algo blanco, esto para traer buena suerte y se tenga un matrimonio feliz y duradero. De igual forma existen supersticiones para alejar el amor, cuentan que, si te barren los pies con una escoba, el amor y el matrimonio nunca van a llegar a tu vida. Derramar sal por accidente sobre una persona, podría significar que se sufrirán engaños o decepciones amorosas, pero al parecer todo tiene solución si tocas un poco de sal tirada y te la echas sobre la espalda. Sea como fuere, vivimos en una nación donde la sentencia del Popol Vuh se vuelve realidad: «el amor es ciego y la locura lo acompaña».
… PERO AHORA YA LO SÉ.