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Por una educación que forme personas

E D I T O R I A L

Por una educación que forme personas

La capacidad reflexiva que posee el hombre lo caracteriza y lo diferencia de todo lo creado. En la base de los avances científicos se encuentra una conciencia pensante un individuo ordenador, que de algún modo y en algún tiempo se ha dejado admirar por lo que acontece a su alrededor. El hombre no es la suma de un espíritu y un cuerpo, sino una unidad compuesta de espíritu y materia, un individuo totalizante. Es así como el hombre, por su superioridad en dignidad, está llamado a perfeccionar la creación, perfeccionándose así mismo. Una actividad que perfecciona al hombre es la educación, la cual, asimilándola correctamente, trae consigo muchos beneficios para la sociedad, sin embargo, la educación por la educación no basta, es necesario una educación forme al individuo, lo perfeccione en tanto que persona, para que de este modo puedan construirse sendas de bienestar y paz para la sociedad.


«Los ecos de la educación en la iglesia»

JUAN DANIEL JIMÉNEZ VALERIO

El pasado martes 19 de marzo del año en curso, dentro del marco celebrativo de la jornada cultural: «Educar hoy y mañana, una pasión que se renueva», en las instalaciones del auditorio Miguel Sainz en el Seminario mayor de Xalapa; sacerdotes, profesores y seminaristas hicieron acto de presencia en punto de las 9:00 am, participando en la conferencia «Los ecos de la educación en la iglesia», impartida por el Pbro. Deimot, quien en su momento fue rector de la Universidad Anáhuac de Xalapa. El exponente comenzó resaltando lo importante que son las universidades para la Iglesia, ya que en ella se encuentra la esperanza del mañana; así mismo enfatizó que una universidad es un lugar donde florece el conocimiento, es un prestigio, es una comunidad cuyos miembros son los sabios de hoy. Las universidades deben ser comunidades autónomas, de inspiración cristiana y calidad, luego entonces cada miembro se tiene que sentir dueño de su universidad, así lo expresó el legionario de Cristo.


Remontándose al año 1852 mencionó dos posturas distintas frente a la especialización y el impacto en la enseñanza y organización universitaria que ya emergía en este periodo; por un lado, Clark Kerr definía la universidad como una «multiversidad», donde cada miembro tenía diferentes posturas y formas de asimilar su educación y en otro extremo John Henry Newman, quién afirmaba importante mantener una visión general que permitiera una interacción adecuada con las tareas que se realizaban en cuanto a la tecnología y sistemas de calidad, esto a manera de saber si realmente se está aprovechando de los recursos con los que se contaba.


Así mismo, resaltó la importancia de los párrocos en la educación de los jóvenes por ser un medio viable por los cuales se puede sembrar en un niño la inquietud y el deseo por prepararse mejor; menciono que es necesario ir hacia ellos, involucrase en las universidades, saber todo de ellos, hasta el punto de ser metiches en sus vidas, para resaltar la importancia de nuestra responsabilidad en la educación de los jóvenes del hoy, que serán el futuro del mañana. Con una serie de preguntas cuestionó a los presentes sobre su parecer y su actuar dentro de la educación en los jóvenes, dejando con ello un espacio a la reflexión y al hacer conciencia sobre el papel que cada uno de nosotros está desempeñando en la educación y formación de la juventud. ¿Cuál es el tuyo?


De Persona a Persona

POR JUAN PABLO ROJAS TEXON

Ernst Tugendhat

En su artículo “¿Cómo debemos entender la moral?”, Ernst Tugendhat sostiene que la moral constituye “un rasgo fundamental de la vida humana”. Sin embargo, este concepto comporta tres problemas básicos. Uno de ellos es que se trata de una palabra polifónica, es decir, puede entenderse de distintas maneras. Otro radica en la dificultad para establecer una moral cuando existen diversos tipos. Luego, está la cuestión, derivada de las dos dificultades anteriores, acerca de cómo debemos entenderla.


El punto de partida de Tugendhat es la definición de moral. Para ello, se basa en la noción establecida por la etnología: “la moral de una sociedad consiste en aquellas regularidades en el comportamiento de sus miembros que están basadas sobre presión social”. Lo anterior significa que la vida de los individuos, mientras dure, estará regida por un sistema de normas específico, el cual restringirá, a su vez, la libertad de quienes se asuman miembros de tal comunidad social.


Cada moral necesita del concepto de “persona buena”. De este modo, una persona es buena cuando se comporta según lo exigido por la sociedad, cuando actúa según su deber. Si no cumple, surge la presión social (producto de la indignación de los miembros de la comunidad, que la persona misma experimentaría si otro incumpliera también con su deber) para que se aplique una sanción. Asimismo, la sanción va de la mano del sentimiento de culpabilidad por parte de quien incumple.


En cuanto al segundo problema, el de asumir una moral determinada, Tugendhat sostiene que la elección puede justificarse por autoridad o reciprocidad. Un ejemplo de moral autoritaria es la que se suscita entre los padres y sus hijos pequeños o aquella que tiene un origen religioso. En cambio, en una moral recíproca “cada uno cuenta por igual”; el equilibrio le viene de la igualdad. Se trata, pues, de una “moral autónoma”. A juicio de Tugendhat, sólo este tipo de moral no autoritaria tiene presente desde el principio una perspectiva de justicia.


La moral de autonomía recíproca es tal porque no tiene que justificarse ante los otros. Por ello, es posible “vivir con otros en una relación de simetría. La simetría parece ser un ideal en la relación entre dos personas e igualmente parece ser un ideal que queremos desear para toda coexistencia humana”. He aquí la bifurcación fundamental de las relaciones humanas: “o se respetan los intereses de los otros o se explotan las posibilidades de las ventajas de uno mismo: moral o poder”.


Lo anterior no significa que el concepto de moral requiera simetría; al contrario, es preciso entender la moral de esta manera si se quiere simetría. El talón de Aquiles de tal propuesta es que, al no existir un deber absoluto, apela “a un entendimiento de la vida”. De cada cual depende la correcta identificación de las “alternativas fundamentales”. Sin embargo, Tugendhat afirma que “si el sentido de ser moral consiste en la simetría, entonces lo moralmente correcto tiene un sentido donde parece ser inteligible decir que lo moral mismo es mi motivo. El que una persona actúe moralmente podría ser motivado simplemente porque ella no quiere entender su comportamiento como asimétrico, como explotando sus ventajas de poder. Tiene sentido decir: esta no es la manera como la persona quiere entenderse”.


Nacido en Brno (Checoslovaquia), en el seno de una familia judía acomodada, Ernst Tugendhat tuvo que dejar la patria siendo niño a causa de la persecución nazi, luego de lo cual se instala en Suiza y poco después emigra a Venezuela. Estudia filología en Stanford y más tarde filosofía en Friburgo, donde fue alumno de Heidegger. Una vez doctorado se entrega a la vida académica universitaria en Tubinga, Heidelberg y Berlín. Incluso en la década de los 90, ya jubilado, funge como profesor visitante de la Pontificia Universidad Católica de Chile y de la Universidad Carolina, en Praga. Hoy Tugendhat, con 89 años, es uno de los filósofos más importantes del presente. La casa que otrora fuera de sus padres, una joya arquitectónica conocida como Villa Tugendhat, fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.



ANIMA VERBI:

Anima verbi

JUAN PABLO ROJAS TEXON


El libro del Apocalipsis (13, 18) revela la cifra del nombre de la Bestia: “666” (en griego, hexakósioi hexékonta héx), la cual hace referencia a una persona. Con base en el valor numérico del alefato, se ha resuelto que la figura en cuestión es Nerón César, pues las consonantes hebreas de su nombre (NRWN QSR: 50 + 200 + 6 + 50 + 100 + 60 + 200 = 666) suman dicha cantidad. Si bien el emperador no constituyó como tal la encarnación del Anticristo, su persecución despiadada en contra de los primeros cristianos puede considerarse, en efecto, una prefiguración teológica de esa Bestia con dos cuernos y boca viperina (Ap 13, 11), enemiga férrea del Cordero, de su Padre y de todos los fieles de éstos (Ap 14, 1).


ESTO YO NO LO SABÍA…

Pienso, por lo tanto, existo

REMIGIO ROJAS REYES

“Quod vitae sectabor iter” ¿Qué camino seguiré en la vida? y “Est et non” ¿Qué es y qué no es? Son las preguntas que incitaron el despertar de la genialidad en una de las mentes más brillante del siglo XVI: René Descartes. A la edad de 22 años el famoso pensador francés tuvo tres sueños, lo que algunos llaman “los sueños de Descartes”, al despertar estaba claro lo que tenía que hacer: establecer una ciencia que abarcara toda la sabiduría humana basándose en la razón. Tras esa noche Descartes formularía la geometría analítica y la idea de aplicar el método matemático a la filosofía. Para ello, tendría que partir de un principio filosófico tan evidente que no dejara lugar a ninguna duda. Es así como dudando estable su famoso principio “Cogito ergo sum”, pienso, por lo tanto, existo.

… PERO AHORA YA LO SÉ.



FRASE DE LA SEMANA: “Daría todo lo que sé por la mitad de lo que ignoro” René Descartes

FOTO: RENÉ DESCARTES

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