La historia viva del Seminario de Xalapa
- Seminario Arquidiocesano de Xalapa

- 4 jun
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Actualizado: 6 nov
Un legado de fe y formación: Pbro. Rafael González

En una edición reciente del programa “Redes Anclados en Cristo”, producido por los seminaristas de la Arquidiócesis de Xalapa, se contó con la valiosa presencia del Pbro. Rafael González, quien compartió un amplio y profundo recorrido histórico sobre el origen y desarrollo del Seminario Arquidiocesano de Xalapa.
Con una narrativa apasionada y llena de detalles, el padre Rafael recordó que la fundación del seminario se remonta a 1864, en el contexto de la erección de la Diócesis de Veracruz mediante la bula “Quod olim prophetæ”, la cual establecía como sede episcopal a Xalapa y ordenaba de forma expresa la creación de un seminario. El primer obispo, don Francisco Suárez Peredo, fue el gran impulsor de esta obra, enfrentando enormes desafíos como la falta de infraestructura, personal y recursos. Con la ayuda de los padres de San Vicente de Paúl, el seminario echó raíces en medio de dificultades, comenzando sus actividades en instalaciones provisionales como el antiguo convento de San Francisco y casas rentadas en el barrio de San José.
El recorrido histórico también incluyó a figuras como San Rafael Guízar y Valencia, quien revitalizó el seminario durante la persecución religiosa, protegiéndolo incluso en la clandestinidad por casi dos décadas en la Ciudad de México. Gracias a su audacia y profunda fe, la formación sacerdotal se mantuvo viva, a pesar de la adversidad.
El padre Rafael destacó que la historia del seminario no es solo una serie de datos, sino una verdadera “historia de salvación”, donde la mano de Dios ha guiado cada etapa. A través de obispos, rectores y formadores, el seminario ha sido un faro de luz para la Iglesia en Veracruz, formando pastores con profunda vida espiritual, sólida formación intelectual y ardiente celo pastoral.
El programa concluyó con un llamado a valorar esta herencia, a conocerla y a seguir construyendo, desde el presente, con la misma fe y compromiso con que los primeros formadores iniciaron esta gran obra.

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